top of page

Y, ¿si ponemos una sonrisa?

Para empezar a leer este artículo primero vamos a hacer un ejercicio y te voy a explicar porqué. Quiero que de manera consciente sonrías, trae a tu mente algo que te haga feliz, un recuerdo, una persona, un lugar o tu mascota, tómate veinte segundos para sentirlo, mientras conectas tu mente, tus emociones y tu cuerpo. Sonreír es una acción que deberíamos incluir en nuestra rutina diaria, pocas veces sonreímos de manera consciente conociendo el impacto positivo que esto puede generar en nuestro cuerpo y estado de ánimo, Según un estudio de la Universidad de Kansas, “una sonrisa ayuda a recuperarnos de episodios estresantes. Cuando el cuerpo está en tensión aumentan los niveles de cortisol y sube la presión arterial, lo cual suprime el sistema inmunológico” (National Geographic ), además una sonrisa aumenta nuestra capacidad creativa y productividad.

Los seres humanos hemos generado una tendencia de asumir la felicidad como lo que nos pasa y los momentos que vivimos y no nos hemos detenido a entender que la felicidad es cómo interpretamos y asumimos cada momento de nuestras vidas, esta idea va muy ligada a lo que los últimos meses hemos estado viviendo, una experiencia que ha alterado nuestra normalidad y que por supuesto no esperábamos.

Si reflexionamos cuáles han sido nuestros pensamientos recurrentes en esta cuarentena, podríamos coincidir que son de angustia, incertidumbre, miedo, entre otros sentimientos negativos que indiscutiblemente son inevitables; sin embargo, el sufrimiento que esto produce sí es opcional, podemos elegir mirar el futuro con ilusión y vivir el presente de forma sana. Probablemente los comentarios y pensamientos positivos de agradecimiento y aprendizaje no han sido escasos porque a pesar de todo somos seres conscientes y velamos por nuestra estabilidad y bienestar emocional, lo cual nos permite entender que que cada uno decide cómo percibir su propia realidad. Como dijo Marian Rojas Estapé “Cómo cambia tu realidad cuando cambias tu manera de pensar”.

Nosotros somos los que decidimos vivir con felicidad o con infelicidad, muchas veces nos aferramos a los detalles malos de las cosas que nos pasan porque estamos en una constante búsqueda de los momentos y situaciones perfectas, pero cuando es hora de aferrarnos a lo bueno que nos pasa, por pequeño que sea, lo consideramos muy insignificante para ser feliz, ahí es donde estamos eligiendo la infelicidad. Es tan claro como entender que vivimos en dos estados de felicidad la placentera y la estructural, suena un poco técnico pero si nos dedicamos a leerlo e interiorizarlo podremos diferenciarlo y aplicarlo, cuando estamos pasando un rato con amigos o comiendo nuestro helado favorito, son instantes en que la felicidad es placentera, cuando gozamos de los pilares fundamentales de la vida, la familia, los amigos, la cultura, el trabajo es donde estamos viviendo la felicidad estructural, permitámonos vivir ambas de una manera consiente y priorizando.

Para concluir quiero invitarte a que el ejercicio que hicimos al inicio de la lectura sea algo que implementes en tu día a día, no solo poniéndole una sonrisa a tu rostro, sino decidiendo que tipo de comentarios haces y con ellos que atraes, la energía positiva y la actitud son pilares fundamentales para generar bienestar y estabilidad en tu vida.

Este es un tema que deberíamos tratar en nuestro día a día y llenarnos de información enriquecedora. Este artículo se referencia de un libro que nos ayuda a entender nuestro cerebro, gestionar nuestras emociones y mejorar nuestra vida, que se titula “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé.

 

Manuela López Fox

logo el horizonte-01.png
bottom of page